Adolescentes

La música, y la musicoterapia en especial, con adolescentes, la utilizamos para disminuir el impacto de las conductas características de esta etapa de la vida. Este periodo es muy importante emocionalmente porque el adolescente va descubriendo su propia identidad, desarrolla la capacidad afectiva para sentir y expresar sus emociones. Este proceso de adquisición de la propia identidad puede ir acompañada de mucha confusión y conllevar actitudes y conductas negativas. Diferentes estudios han demostrado la eficacia de la Musicoterapia para contribuir a una mejora en la adquisición de un autoconcepto positivo y de la autoestima (Rickson & Watkins, 2003).

 

Queremos destacar que el aspecto no verbal de la música es crucial, ya que la convierte en una catalizador de sentimientos y emociones, mejorando el proceso de tratamiento.
El hecho que la adolescencia es una etapa en que una gran proporción de jóvenes se relacionan de una manera muy especial con la música, convierte a ésta en un medio muy familiar y atractivo para obtener muy buenos resultados a nivel terapéutico. Así, hemos podido observar por nuestra experiencia, que la música y el entorno musicoterapéutico ofrece un ambiente no amenazador donde el terapeuta prueba y potencia experiencias constructivas.

Se han observado resultados positivos de la intervención musicoterapéutica en cuatro áreas: 

1. Afectivo-emocional:

Disminuir la tensión y el nivel de ansiedad.

Aumentar la tolerancia a la frustración.

Incrementar el sentimiento de seguridad y la salud emocional.

Potenciar y facilitar la expresión de sentimientos.

Obtener respuestas emocionales apropiadas.

2. Comunicación:

 

Incrementar la capacidad de expresarse y de creatividad.

Iniciar y mantener la comunicación.

Iniciar y mantener la comunicación.

3. Social:

Incrementar la conciencia social, la cooperación y las conductas sociales.

Disminuir conductas inadecuadas.

4. Cognitivo:

 

Incrementar la atención.

Mejorar la atención y el aprendizaje.

Mejorar la memoria reciente.