17 Abr FUDGE DE CHOCOLATE Y SÉSAMO “SIN CULPA”
FUDGE DE CHOCOLATE Y SÉSAMO “SIN CULPA”
El fudge es originario de Estados Unidos y es una especie de dulce (parecido a un caramelo de toffe), “con culpa”, ya que sus ingredientes principales son: azúcar, mantequilla y leche.
El nuestro, será una versión saludable, cremosa y “sin culpa”, pensada para esos momentos en que nos apetece un bocadito dulce que nos reconforte y nos haga sentir más neurofelices.
Ingredientes:
- 125 ml de agua.
- sirope de agave ( según el gusto).
- 120gr de aceite de coco.
- 4 cucharadas soperas de cacao en polvo.
- 2 cucharaditas de extracto de vainilla.
- 1 c/p de canela.
- 1 o 2 gotas de aceite esencial de naranja.
- 4 cucharadas soperas de semillas de sésamo.
- sésamo para espolvorear por encima.
Elaboración:
- Forra un molde rectangular con papel film que tenga un poco de fondo, tipo las cajitas de madera donde vienen los turrones o un Tupper rectangular de tamaño intermedio.
- Introducimos todos los ingredientes en una batidora o procesadora de alimentos, los trituramos y los disponemos en el molde.
- Rociamos con las semillas de sésamo, o cualquier otro ingrediente que le aporte color que os apetezca, y lo metemos en la nevera durante 3 o 4 horas hasta que adquiera una textura firme y sedosa, después lo cortamos en porciones de bocado, y “voila”….., a disfrutar!!!!!
Beneficios para la salud:
El cacao es ese alimento maravilloso que no puede faltar en nuestras despensas, nada más que lo ingerimos sentimos una sensación de bienestar en nuestro organismo, esto sucede porque contiene una serie de propiedades que son estimulantes y reconfortantes.
Uno de los ingredientes más destacados en su composición es la feniletilamina que es un compuesto orgánico que pertenece a la familia de las anfetaminas y también es responsable de que nos sintamos enamorados, de ahí que algunos denominen al chocolate como el “Prozac vegetal”.
Dicho componente, desencadena en nuestro cerebro un estado de euforia y plenitud emocional, por eso ante un desengaño amoroso sus niveles bajan notablemente y sentimos la necesidad imperiosa de atiborrarnos de chocolate, y todo para que esa cascada de placer se vuelva activar y dejemos de sentirnos tristes y deprimidos.
Sin llegar a estos extremos, lo que si que podemos con este maravilloso fudge, es darnos, en pequeñas dosis, un capricho para los sentidos y beneficiarnos de este extraordinario compuesto neurofeliz.
Muchas gracias por leerme.