El poder curativo de los Cuencos Tibetanos

El poder curativo de los Cuencos Tibetanos

Según las últimas investigaciones llevadas a cabo por médicos y músicoterapeutas (véase, por ejemplo, Don Campbell, M. L. Gaynor, C. D. Fregtman, J. Goldman), el sonido de los cuencos tibetanos inducen al aumento de la energía interna, a la relajación y a la armonía mente-cuerpo, estímulo de las ondas cerebrales alfa o de meditación profunda, alivio del estrés y la ansiedad, mejora de la concentración y de la creatividad, alivio de la sinusitis y dolores de cabeza, agotamiento crónico, etc.
Estos conocimientos ya los tenían los sabios tibetanos hace 3.000 años. Dichos instrumentos metálicos tienen un efecto curativo bajo el principio de resonancia muy potente, además de producir un sonido bellísimo, armonizador y muy relajante.

Los cuencos tibetanos son considerados instrumentos de sanación, relajación, curación y meditación. El sonido que emiten afecta de manera global al individuo: equilibra el cuerpo energético y los chacras (centros de energía del cuerpo). Por eso, se utilizan para lograr un estado de paz, relajación y serenidad.

– ¿De donde proceden?

Estos instrumentos son originarios de la cultura prebudista chamánica Bon-Po, del Himalaya. La cultura del cuenco parece provenir de la Edad de Bronce en China, unos 3.000 años atrás, y en su punto culminante se extendió geográficamente hasta Burma, Indochina, Nepal y Tibet.
Están fabricados por maestros del metal artesanalmente y están compuestos por una aleación de 7 metales: oro, plata, mercurio, hierro, plomo, estaño y cobre.
Existen cuencos con diferentes formas y tamaños, por eso cada uno tiene su sonido, vibración y resonancia. Los cuencos pueden vibrar en cinco tonos simultáneos y diferentes, cada uno en su propia frecuencia.
Algunas fuentes afirman que el hierro utilizado en su elaboración, procede de los meteoritos hallados en los Himalayas, lo cual los hace mucho más especiales.

– ¿Cómo se utilizan?

Los cuencos se pueden hacer sonar de dos formas:

Una percutiendo, con una baqueta o maza, y dos, haciéndolo vibrar, con una baqueta de madera y tela.
Para conseguir una correcta vibración haremos rozar la banqueta con nuestro cuenco poco a poco en circulo, con una presión constante, y sentiremos como su sonido es de menor a mayor y conseguiremos una vibración muy potente y relajante.
Su sonoridad perdura por largo tiempo expandiéndose por todo el ambiente, cambiando la vibración de su entorno.

– ¿Para que sirven?

Se pueden utilizar para la meditación, relajación de tu propio cuerpo y mente, para cambiar la vibración de espacios físicos y para tratamientos antiestrés y relajantes por medio de masajes sonoros. El masaje sonoro y vibracional es una técnica de armonización natural que actúa tanto en el plano físico como el emocional y el mental.
El musicoterapeuta hace vibrar los cuencos alrededor o encima de tu cuerpo con una baqueta, produciendo un sonido y una vibración que la persona recibe por todo su cuerpo. Hay que tener en cuenta que el 70% de un ser humano es agua, y que el agua transmite el sonido mejor que el aire.
Después de recibir el masaje vibracional, el cuerpo se queda totalmente relajado y la mente mucho más tranquila.
Es perfecto para las personas con estrés. Los sonidos que emanan de los cuencos tibetanos estimulan el equilibrio de ambos hemisferios cerebrales y estimulan la actividad de ondas alfa y beta de nuestro cerebro.

– Beneficios:

• Alivio del estrés y la ansiedad.
• Mejora de la concentración.
• Mejora de la creatividad.
• Equilibrio de los hemisferios cerebrales.
• Restablecimiento del equilibrio del sistema endocrino mediante la vibración de la hipófisis o pituitaria.
• Alivio de la sinusitis y los dolores de cabeza.
• Equilibrio y limpieza de los chakras y del aura (y los órganos y glándulas correspondientes).

Andoni Leiva