PIENSA…..TE

PIENSA…..TE

PIENSA…..TE

Me encanta escribir, puede ser mágico, transgresor, brillante, inolvidable, imborrable, revelador, impactante.…,  puedes expresar lo que quieras en ese momento sin herir a nadie o al menos sin pretenderlo.

Y lo mejor de todo… las palabras quedan impresas no sólo en el escrito,  sino también en muchas ocasiones en nuestra mente y  corazón,  y por mucho tiempo que pase…., hay libros/artículos que han contribuido a cambiar nuestra vida y se han convertido por lo tanto en compañeros imprescindibles que nos reconfortan a lo largo de nuestro viaje,  además de que soportan traslados, mudanzas y toda clase de cambios.

Por esta razón y algunas más,  no se me ocurre otra forma mejor de celebrar la entrada del nuevo año que escribiendo una triada de artículos durante estos 3 primeros meses (enero, febrero, marzo). Luego seguiré, pero estos me gustaría que fueran como las series que te dejan con la intriga y estas deseando ver el desenlace final.

La idea surge del trinomio en que basamos nuestro trabajo terapéutico en Yume,  que como sabéis lo denominamos MEC (mente, emoción y cuerpo). Nuestro desafío fundamental consiste en aprender a integrar lo que pensamos con lo que sentimos y con lo que hacemos. Qué os parece???. Espero que os gusten y sobre todo aporten un rayito de luz a nuestra existencia J.

Así que vamos con el primero, relacionado con nuestra mente… de ahí. “ Piensa…….te”.

Hay algo muy importante que debemos saber, y es que antes de sentir pensamos. Es el pensamiento el que nos lleva a la emoción. Vivimos en una sociedad muy mental y tenemos la tendencia a vivir las emociones a través de la mente.

Pensar es importante, pero no debemos de obviar que gran parte de nuestros pensamientos son inútiles, no todos por supuesto. El pensamiento o cognición es todo aquello que nuestra mente produce. Lo podemos encontrar en el neocortex ( la parte neurológica más avanzada y sede de nuestra mente pensante), y que puede ver la luz gracias a que el intelecto lo pone de manifiesto. Esto incluye tanto las actividades racionales como las imaginativas.

Algunos expertos hablan de que tenemos unos 60.000 pensamientos al día,  que desperdicio no???, ya que la mayoría como hemos mencionado antes resultan ser inútiles.

Hay de muchos tipos, os los menciono para que los reconozcáis  y sepáis como identificarlos. Veréis como muchos de ellos os suenan:

Reflexivo, creativo,  lógico, analítico, critico, sistémico, deliberativo, práctico y analógico.

PROPUESTA PARA PONER EN PRACTICA:

Para que nuestra vida sufra una transformación lo primero que debemos hacer es: pensar menos y segundo,  reconocerlos para luego poder cambiar nuestros pensamientos y sentimientos (lo  de los sentimientos, lo desarrollare más extensamente en el siguiente artículo) “Emoción………ate.” 😉

Cuando un nuevo pensamiento surja en tu mente, piensa en cambiar de conducta para poder hacer algo diferente cuando la ocasión se presente. Como resultado podrás obtener sin duda una nueva experiencia. Al alterar tus estados típicos, ocurrirá algo sorprendente de lo habitual y ello producirá un nuevo campo de posibilidades que se abrirá ante ti y te reconfortara.

Cuando eres consciente de como estas actuando, eres consciente de tu yo inconsciente. Si te imaginas psicológicamente una situación antes de vivirla, el cerebro crea una imagen o holograma (imagen multidimensional) que representa ni más ni menos que el yo ideal que anhelas ser.

En cuanto se crea aquello en lo que estabas pensando se hace más real que ninguna otra cosa.  Nuestro cerebro lo interpreta como una nueva experiencia y….. “magia potagia” , renueva la materia gris como si la experiencia hubiera ocurrido.  Fascinante no?????

Si siempre incubas los mismos pensamientos siempre acabaras generando más de lo mismo. Te propongo que aceptes un reto!!!!!!!!!!!!!

Por qué no reflexionas y te atreves a pensar más allá de las circunstancias de tu vida??. Igual resulta que te llevas una agradable sorpresa.

No os deseo lo mejor sino lo extraordinario. Un abrazo enorme!!!!!!!

Noemí Primo

 La reflexión calmada y tranquila desenreda todos los nudos.”

                                                                           H. MacMillan